En
muchas fábulas, los animales hablan, piensan y sienten como los seres humanos.
Al contarlas, las personas aprendían maneras de comportarse. La enseñanza
aparecía al final con el nombre de moraleja. La versión que vas a leer y escuchar la ilustró Leicia
Gotlibowski y forma parte de un libro en el que hay un cuento muy conocido: “Caperucita
Roja”
Para comenzar, compartí con alguien la lectura del cuento “Pedro y el lobo”
Tomen el tiempo que necesiten para leer y escuchar, leer el cuento mirando bien todo, todito; cada página, las ilustraciones, las letras…
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Leé
el índice.
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Anotá acá la página en la que empieza
el cuento que vas a leer.
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Pueden volver a leer o escuchar muchas veces las partes que les gustaron mucho, las que les hicieron pensar que algo malo podía ocurrir.
SOLO PARA PENSAR Y REFLEXIONAR
1) ¿Qué hacía Pedro para pasar el tiempo cuando estaba aburrido?
¿Qué broma se le ocurrió una mañana?
3) ¿Qué pensaron los vecinos cuando se
sintieron engañados?
4)
¿Cómo terminó la historia?